El 5 de julio de 2025, el emblemático Black Sabbath ofreció su concierto final, titulado “Back to the Beginning”, en el histórico estadio Villa Park de Birmingham.
Con una asistencia de
aproximadamente 40.000 fans en vivo y millones conectados vía streaming, el
evento marcó oficialmente el cierre definitivo de una era en la historia del
heavy metal.
El espectáculo, de más de diez horas de duración, fue
una verdadera celebración musical. Arrancó al mediodía (BST) con un desfile de
bandas legendarias —Metallica, Guns N’ Roses, Slayer, Pantera, Tool, Anthrax,
Alice in Chains, Gojira, Lamb of God y Mastodon—, dirigidas por el imponente
Tom Morello como director musical. Además, hubo momentos destacados con
supergrupos donde participaron figuras como Billy Corgan, Steven Tyler, Fred
Durst y Duff McKagan.
Ozzy Osbourne subió al escenario alrededor de las
19:00 para ofrecer un breve set en solitario desde un trono decorado con
calaveras. Versionó temas como “Crazy Train” y “Mama, I’m Coming Home” antes de
hacer una pausa para unirse a sus compañeros originales.
La histórica reunión de los cuatro miembros fundadores
—Ozzy, Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward—, por primera vez juntos en
escenario en 20 años, fue uno de los momentos más emocionantes de la noche. Su
set breve de cuatro canciones cerró con los himnos “War Pigs”, “N.I.B.”, “Iron
Man” y la épica “Paranoid”, bajo un despliegue de fuegos artificiales y
confeti, rematando con el inolvidable grito de Ozzy: “I fucking love you”.
El evento también tuvo un fin benéfico: todos los
ingresos, tanto de entradas como del streaming, fueron destinados a Cure
Parkinson’s, Birmingham Children’s Hospital y Acorns Children’s
Hospice. Miles de fanáticos compartieron sus vivencias en redes,
describiendo el día como el equivalente del “Live Aid del metal”.
Críticos y prensa coincidieron: se trató de un adiós
emotivo y contundente. The Guardian lo calificó como “podría ser el mejor show
de heavy metal jamás visto”. Mientras, The Independent lo definió como “una
despedida inolvidable y desbordante de emociones”.
La repercusión global fue inmensa: más de 4.6 millones
de personas siguieron el concierto vía livestream, y las crónicas celebraron
los momentos emblemáticos —como el enfrentamiento entre baterías, los tributos
en video de Elton John y Dolly Parton, y la rotunda presencia de Ozzy pese a su
estado de salud —Parkinson avanzado—.
Con “Back to the Beginning”, Black Sabbath no solo cerró su legado en la cuna del metal, sino que rindió homenaje a su trayectoria en una jornada que conectó generaciones, comunidades y géneros. Fue un final digno de una banda que, desde 1968, cambió el curso de la música pesada.
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